CCT 15DST0135Z
ASIGNATURA: ESPAÑOL
TERCER GRADO, TURNO VESPERTINO
PROFESOR VÍCTOR MANUEL MENDOZA DE LA CRUZ
ACTIVIDADES:
Investigación de algunos términos propios del
género dramático.
Conversión de un texto dramático a narración.
APRENDIZAJES ESPERADOS:
Lectura dramatizada de una obra de
teatro
Reconocer
algunos de los valores de la época en que fue escrita la obra leída.
Comprender
la importancia de la entonación y dramatización para darle sentido al lenguaje
escrito
ESTRATEGIAS EMPLEADAS:
Se utilizará los medios electrónicos Google
Classroom y el correo electrónico como medios de comunicación con los alumnos.
FORMA DE EVALUACIÓN:
Se tomará en cuenta el cumplimiento de la
actividad.
Se valorará la calidad de las respuestas que
deben reflejar la comprensión de la lectura.
Las evidencias serán los trabajos
entregados por los alumnos.
ACTIVIDADES PARA LA SEGUNDA SEMANA DE MAYO.
Tercer grado:
Describe brevemente los géneros literarios e incluye un
ejemplo y una imagen de cada uno:
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Género lírico:
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Género narrativo:
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Género dramático:
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Describe cinco subgéneros del género dramático. Sigue el
ejemplo:
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SUBGÉNEROS DEL GÉNERO DRAMÁTICO
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Obra dramática de asunto serio en que
intervienen personajes nobles o ilustres y en la que el protagonista se ve
conducido, por una pasión o por la fatalidad, a un desenlace funesto; en la
Grecia antigua, tenía como objeto un efecto purificador en el espectador.
Ejemplos:
Romeo y Julieta William
Shakespeare
Hamlet William Shakespeare
Yerma Federico García Lorca
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Escribe las definiciones de las siguientes palabras
relacionadas con el género dramático:
Acotaciones
Acto
Escena
Protagonista
Antagonista
Libreto
Diálogo
teatral
Escenario
Proscenio
Tramoya
Dramaturgo
Acotaciones
Comedia
Tragedia
Entremés
Prosa
Verso
INSTRUCCIONES:
LEE LA SIGUIENTE OBRA DRAMÁTICA Y REDÁCTALA COMO CUENTO.
Personajes:
·
El Pillo
·
El Gandaya
·
La Cajera
·
La Clienta
·
El Policía
(Mientras se encuentran haciendo sus
cosas rutinarias en el banco, dos personas con máscara entran y gritan)
– El Pillo: ¡¡¡Esto es un asalto!!! ¡¡¡Arriba los monos!!! (La clienta y la Cajera
se miran extrañados. Él pone la punta de la pistola en su cabeza y se queda
algo pensativo) No, esperen.
– El Gandaya: (Le dice en el oído y en voz baja) Se dice, “Arriba las manos”
– El Pillo: ¡Ah, chuma verdad! ¡¡¡Arriba las manos!!!
(Las dos reaccionan y recién
comienzan a asustarse)
– El Pillo: ¡Quiero que me den todo el dinero que tienen! ¡Para hoy!
– La Cajera: Muy bien. ¿Me dan el número de su cuenta, por favor?
– El Pillo: Sí, anote es el… (El Gandaya golpea la cabeza de su compañero)
– El Gandaya: ¡No seas tonto, oe! (Mira a la encargada) Mételo todo en estas bolsas
¡Y rápido!
– La encargada: ¡Sí, en seguida! (Va a colocar el dinero en las bolsas que les dio).
– La Clienta: ¿¡Pero dónde está la policía cuando se le necesita!?
(En eso, sale del baño el oficial;
flojo y totalmente indiferente ante la situación)
– El Policía: ¡Ay, qué rico! (Voltea y ve a la Cajera y a la Clienta tiradas en el
suelo boca abajo) ¿Qué está haciendo ahí? ¿Qué, está calientito el piso o qué?
(Ella le señala con el dedo a los asaltantes) ¿Qué pasa? (Voltea y ve la punta
de las pistolas en su cara) (Se asusta y comienza a gritar) ¡¡¡Mamaaaaaaaa!!!!
(Al instante se arrodilla y junta sus manos) ¡Por favor, no me maten tengo
esposa con dos hijos y otros tal vez por ahí!… ¡Yo que sé pero por favor no me
maten por su madrecita linda!
– La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Pero qué clase de policía es usted, que no cumple su deber
aprehendiendo a esos rufianes!?
– El Policía: (Le quita la pistola al Pillo y se la muestra a la Clienta) ¿¡Y qué,
no ha visto el tamañote de arma que tienen!? (Se la devuelve al asaltante)
– La Clienta: (Se coge la cabeza) ¿Y para esto pago mis impuestos?
– El Gandaya: ¡Al suelo usted también! ¡¡¡Rápido!!!
– El Policía: ¡Ya voy! ¡Ya voy! (Se echa al suelo, al costado de la Clienta y ella
le dice)
– La Clienta: (Dice con sarcasmo) “¡Ahora que usted está a mi lado, me siento más
tranquila!”
– El Policía: ¿Ah sí? ¿Y qué cree? ¿Qué yo soy superman, que las balas me chocan y
rebotan?
– La Clienta: ¡Ya mejor…cállese la boca!
(Llega la Cajera con las bolsas de
dinero)
– La Cajera: (Le da toda atemorizada) Acá está.
– El Gandaya: Espero que esté todo.
– La Cajera: Si desea, lo puede contar.
– El Pillo: A ver… (Abre la bolsa y sacando el dinero, comienza a contar) 100,
200, 300… (El Gandaya toma la mano de su compañero y lo mira con ojos furiosos)
¡Pero
compañero! Hay que estar seguros que no nos falte nada…
compañero! Hay que estar seguros que no nos falte nada…
– El Gandaya: Guarda… eso… ahora… ¿Ok?
– El Pillo: Muy bien, pero luego no vengas a reclamar que te han robado, ah.
– El Gandaya: Si no te callas ahora, vas a estar con ellos en suelo.
– El Pillo: No te quejes después, no más…
– El Gandaya: ¡¡¡Ya!!! (Mira a la Clienta y a la Cajera) Bueno bueno, estos
caballeros, se retiran. Muchas gracias por su colaboración.
– El Pillo: Sí, y para cualquier asalto o secuestro, acá está nuestra tarjeta (Se
las entrega mientras lo quedan mirando con extrañeza)
– El Gandaya: Este… (Extiende su mano hacia la tarjeta) ¿Me lo prestas un momento?
– El Pillo: Sí, las acabo de mandar a hacer, ¿Te gusta? (Comienza a leerlo y
mientras lo hace, la expresión en su rostro comienza a cambiar)
– El Policía: ¡Inaudito!, ¡Ahora hasta los asaltantes hacen su “cherry”! ¡Qué tal
raza!
– La Clienta: ¡Usted cállese, que para policía es un completo inútil!
– El Policía: ¡Oiga no le permito que me insulte! ¡A la policía, se le respeta!
– La Clienta: ¡Qué “a la policía se le respeta”! ¡Si usted para lo único que sirve,
es para comer e ir al baño! (Los asaltantes discutían en silencio sobre la
tarjeta)
– El Gandaya: ¿¡Pero has gastado la plata en esto!? ¿¡Qué tenías en la cabeza!?
– El Policía: Una pierna de pollo. Sí, eso es lo único que pude comer. Me va a
perdonar ¿Pero, sabe usted a qué se parece?
– El Pillo: A la “Tía Camote”, a ella le encargué las tarjetas.
– El Gandaya: Mira ya olvídalo y vámonos (Ve a las personas) Bueno fue un gusto
hacer trato con ustedes, nos vamos (Los dos se retiran apuntándoles con sus
armas mientras que
los otros se quedan en el suelo asustados, hasta que se fueron. A los pocos segundos, entra El Pillo rápidamente y les deja la tarjeta)
los otros se quedan en el suelo asustados, hasta que se fueron. A los pocos segundos, entra El Pillo rápidamente y les deja la tarjeta)
– El Pillo: (Habla en voz baja) Acá abajito está el número, llámenos (Al instante
de dejarles la tarjeta, se va. Todos se quedan mirándolo muy sorprendidos y
extrañados. Luego, se levantan).
– El Policía: (Todo cursi, toma la palabra) Tuvieron suerte esta vez (La Clienta lo
mira con indignación).
– La Clienta: Mire, mejor cállese antes que me amargue (Va donde la Cajera y la encuentra
maquillándose) ¿¡Y usted, qué está haciendo?
– La Cajera: ¡Ay pues con todo esto, se me cayó todo el maquillaje!
– El Policía: Bueno lo que es por mí, esta pelea me ha dado hambre. ¡Ya regreso, voy
a comer!
– La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Y usted a dónde cree que va!?
– El Policía: ¿Qué? ¿También quiere un sanguchito? Hay de pollo, de chancho de…
– La Clienta: ¡Qué sanguchito, ni que “ocho cuartos”! ¡Lo que debe hacer es
investigar este asalto para atrapar a los asaltantes!
– La Cajera: Este lo único que atrapa es una papa rellena con ensalada.
– El Policía: Y un poco de ají.
– La Clienta: ¡Esto es el colmo de la desfachatez! ¡Me voy de aquí! (Se retira
totalmente molesta)
– El Policía: Bueno, yo sí me voy a comer. Ya vengo (Se va todo despreocupado)
– La Cajera: Y aprovechando que no hay clientela, voy al baño a maquillarme. (Se va
caminando como si fuera una modelo de pasarela)
Fin

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